SU VIDA
Don Giuseppe Puglisi nació en la ciudad de Palermo, en el barrio Brancaccio, calle Faraone N° 8, el 15 de Septiembre de 1937, hijo de un zapatero, Carmelo, y de Giuseppina Fana, sastra; matado por la mafia en el mismo barrio el 15 de Septiembre día de su 56° cumpleaños.
En 1953 entró en el Seminario del la Diocesis de Palermo y fue ordenado sacerdote por el cardenal Ernesto Ruffini el 2 de Julio de 1960 en la Iglesia- Santuario de la Virgen de los Remedios. En 1961 fue vicario cooperador de la parroquia SS.mo Salvador en el barrio Settecannoli, limítrofe con Brancaccio y desde el 27 noviembre de 1964 también empezó trabajando en la cercana iglesia de San Juan de los Lebrosos en Romagnolo.
Desde 1962 también fue confesor de las hermanas Hijas de Santa Macrina.
Desde 1963 hasta 1993 enseñó en el Instituto Profesional Einaudi (1962-63), en el colegio Archimede (1963-64 – 1966-72), en el de Villafrati (1970-75), en la sección separada de Godrano (1976-79), en el Instituto de Magisterio Santa Macrina (1978-93) y por último en el bachillerato de humanidades y ciencias sociales Victorio Emanuel II (1978-93).
En 1967 fue nombrado capellán del Instituto para huerfanos “Roosevelt” en la Addaura de Palermo y además vicario de la parroquia Maria Santísima de la Asunción en Valdesi.
En 1969 fue escogido vice-rector del seminario menor de la diócesis de Palermo.
En septiembre del mismo año participó en la misión organizada por el Movimiento “Presencia del Evangelio” en el pueblo de Montevago, afectado por el terremoto.
Desde los primeros años, cuidó a los jovenes y tuvo interés en las problematicas sociales de los barrios marginados de la ciudad.
Prestó atención a los trabajos del Concilio Vaticano II y difundió enseguida, entre los fieles, los documentos, con especial cuidado a la renovación de la liturgia, a los documentos de los laicos, al valor del ecumenismo y de las iglesias locales. Su deseo siempre fue el de encarnar el anuncio de Jesus Cristo en el territorio, haciéndose cargo de todos los problemas para hacerlos propios de la comunidad cristiana.
El primer de Octubre de 1970 fue designado párroco de Godrano, un pequeño pueblo de la provincia de Palermo afectado por una sangrienta lucha entre familias, donde se quedó hasta el 31 de Julio de 1978, logrando reconciliar las familias destrozadas por la violencia con la fuerza del perdón.
En este periodo unió sus fuerzas con las de Lia Cerrito y otros miembros del Movimiento Cruzada del Evangelio (desde 1987 “Presencia del Evangelio”) fundado en 1947 por el fraile siciliano Placido Rivilli.
Durante estos años se empeñó en las batallas sociales de otra zona degradata de la periferia oriental de la ciudad, el “Descargador” en colaboración con el centro de la zona de los “Decollatos” dirigido por las Asistentas Sociales Misioneras, entre ellas Agostina Aiello.
El 9 de agosto fue eligido pro-rector del seminario de Palermo y el 24 de noviembre del año siguiente, el arzobispo Salvatore Pappalardo lo nombró director del Centro Vocaciones Diocesano.
El 24 de Octubre de 1980 fue nombrado vice delegado regional del Centro Vocaciones y desde el 5 de febrero 1986 fue director del Centro Regional Vocaciones y miembro del Consejo Nacional.
A los estudiantes y a los jóvenes del Centro Diocesano Vocaciones dedicó largos años con mucha pasión y, a través de unos “campi-scuola”, realizó un camino formativo ejemplar desde el punto de vista pedagogico y cristiano.
A Palermo y en otras partes de Sicilia fue animador de numerosos movimientos como “Presencia del Evangelio”, Acción Católica, “Equipe Notre Dame”, “Caminar Juntos”.
Desde mayo 1990 desarrolló su ministerio sacerdotal también en la “Casa de la Virgen de la Acogida” en Boccadifalco, obra del Cardenal Ernesto Ruffini, en favor de las jovenes mujeres y chicas-madres en dificultad.
El 29 de septiembre de 1990 fue parroco en la parroquia San Gaetano de Brancaccio, y desde Octubre de 1992 también tuvo el encargo de director espiritual de los seminaristas del curso propedéutico de la diocesi de Palermo. El 29 de noviembre de 1993 inauguró en Brancaccio el centro “Padre Nuestro” que se volvió en punto de referencia para los jóvenes y las familias del barrio.
En este periodo fue ayudado por un grupo de religiosas, entre ellas sor Carolina Lavazzo y por el vice parroco Gregorio Porcaro.
Colaboró con los laicos de la zona de la asociación intercondominial para reivindicar los derechos civiles del barrio, denunciando colusiones y malavida y padeciendo amenazas e intimidaciones.
Fue matado, cerca de su casa, en la plaza Anita Garibaldi 5, el dìa de su cumpleaños, el 15 de Septiembre de 1993.
Su cuerpo está enterrado en el cementerio de Santa Orsola, en la capilla de San Euno, de propriedad de la homónima cofradía laical.
En el mes de abril 2013 el cuerpo ha sido trasladado en la catedral.
Su actividad pastoral, así como ha sido reconocido también por las investigaciones judiciales – ha constituido el móvil del omicidio, los ejecutores y mandantes mafiosos han sido preso y condenado con sentencias definitivas.
Por este motivo,enseguida, después del delicto, numerosas voces se han levantado pidiendo el reconocimiento del martirio.
En el recuerdo de su empeño, innumerables son las escuelas, los centros sociales, las estructuras deportivas, las calles y las plazas a él tituladas en Palermo, en toda Sicilia, en Italia.
Conmemoraciones e iniciativas también se han tenido al extranjero, en los Estados Unidos, en el Congo, en Australia.
A partir de 1994, cada 15 de septiembre, aniversario de su muerte, marca el inicio del año pastoral de la diócesis de Palermo.
En el mes de diciembre de 1998, a cinco años del delito, el Cardenal Salvatore De Giorgi ha instituido el Tribunal eclesiástico diocesano por el reconocimiento del martirio. La investigación ha sido concluida a nivel diocesano en mayo 2001 y el expediente ha sido enviado a la Congregación por las Causas de los Sanos en Vaticano. En el mes de agosto de 2010 el Cardenal Paolo Romeo ha nombrado el nuevo postulator, mons. Vincenzo Bertolone.
En el mes de junio de 2012 la Congregación ha dado el consentimiento final a la promulgación del decreto por el reconocimiento del martirio de don Puglisi. El 25 de mayo de 2013 la beatificación al estadio Barbera de Palermo.
Pronto se constituyó en el Centro Diocesanos vocaciones, un «Archivo Puglisi» en la calle Matteo Bonello en Palermo, donde se recogieron escritos publicados e inéditos, grabaciones, testimonios y artículos.
Su vida y su muerte han sido testimonios de su fidelidad al único Señor y han disvelato la maldad y la total incompatibilidad de la mafia con el mensaje evangélico.
«El creyente que haya tomado seriamente en consideración la vocación cristiana, en la cual el martirio es una posibilidad anunciada ya por la Revelación, no puede excluir esta perspectiva en su propio horizonte existencial. Los dos mil años transcurridos desde el nacimiento de Cristo se caracterizan por el constante testimonio de los mártires.»
(Giovanni Paolo II Incarnationis Mysterium, n.13)
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