LA PASTORAL VOCACIONAL
«Sí, pero ¿hacia dónde«?, fue uno de los eslogan preferido por padre Pino:
¿hacia dónde queremos que vaya nuestra vida?
En sintonía con la teología post-conciliar, don Puglisi aplicó, en su relación con los jóvenes, el concepto de «vocación» en el sentido más extenso: desde la vocación exclusivamente sacerdotal pasó a la reflexión existencial sobre la «llamada» que cada hombre siente en sí y que tiene que saber interpretar para ir al encuentro del Espíritu.
Una invitación a la meditación que ha sido un guía por los millares de adolescentes que padre Pino ha logrado acercar a Cristo.
«Es necesario tratar de seguir nuestra vocación – ha dicho padre Pino – nuestro proyecto de amor. Pero no podemos considerarnos nunca sentados al terminal, ya llegados. Se vuelve a partir cada vez. Debemos tener humildad, conciencia de haber acogido la invitación de Dios, caminar, luego presentar cuánto ha sido construido y poder decir: sí, he hecho lo mejor que podìa.
Veinte, sesenta, cien años… la vida. ¿A qué sirve si nos equivocamos de dirección?
Lo que importa es encontrar a Cristo, vivir como él, anunciar su amor que salva. Llevar esperanza sin olvidar que todos, cada uno en su puesto, también pagando de persona, somos los constructores de un mundo nuevo».
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